NO VAS A TENER SEXO

El deseo cambia con el tiempo.

Es un hecho respaldado por investigaciones.

Un estudio desde Alemania reveló algo que muchos hombres han notado:

A los cuatro años de una relación, menos de la mitad de las mujeres de 30 años desean sexo regular.

Por el contrario, el deseo masculino se mantiene constante,

Sin importar cuánto tiempo lleven en la relación.

Esto no es una casualidad.

Es evolución.

Los hombres han sido diseñados por la selección natural para buscar nuevas parejas cada ciertos años.

Un mecanismo para maximizar la procreación y evitar la monotonía.

Las mujeres, en cambio, muestran un patrón diferente:

Su apetito sexual es más intenso al inicio de la relación.

Un recurso para formar un lazo emocional sólido.

Pero una vez que ese vínculo está sellado,

Su deseo empieza a desvanecerse.

¿Qué significa esto para los hombres?

Es un recordatorio brutal de que la biología no siempre juega a nuestro favor.

En cifras:

• Al comienzo de una relación, el 60% de las mujeres desean sexo con frecuencia.

• Después de cuatro años, ese número cae por debajo del 50%.

• A los 20 años, apenas el 20% lo desea.

Mientras tanto, el deseo masculino permanece entre el 60-80% en todas las etapas.

¿La lección?

La naturaleza masculina está orientada hacia la exploración.

Y esto no es algo que puedas ignorar.

En poligamias antiguas, las mujeres aceptaban compartir a un hombre dominante.

No por debilidad, sino porque entendían la dinámica de poder y provisión.

Hoy, los límites culturales han intentado suprimir estos impulsos.

Pero la biología no entiende de moralidad ni de reglas sociales.

Entonces, ¿cómo adaptarse?

Primero manteniendo siempre tu rol de caballo salvaje, ya que es la única forma de que tu mujer te excite

la mujer pierde el deseo por que el hombre se va volviendo solamente un proveedor con el tiempo

Segundo, teniendo varias nenas y cambiándolas constantemente jaja, sí, el mercado sexual es salvaje y si quieres mantenerte activo y satisfecho el Juego nunca acaba

Y aquí está la realidad más incómoda:

Si algo está en oferta infinita,

Su valor percibido disminuye.

El deseo sigue las reglas de la economía emocional.

La abundancia genera indiferencia.

Los hombres que entienden esto saben que el Juego no termina con el primer beso,

Ni siquiera con el “sí, acepto”.

El verdadero Juego está en mantener la chispa,

En anticipar los ciclos biológicos,

Y en asegurarse de que nunca dejes de ser el hombre que despierta esas cosquillitas vaginales.

Un abrazo

Tu Hermano Mayor,
Iván Barca.