¿Existe Dios?

Si bien es verdad que un Dios en el sentido de una entidad sobrenatural

que mágicamente creó el mundo y que

guía nuestras vidas de una manera metafísica,

simplemente es inverosímil,

sí que es verdad, por otro lado, que el ser humano creó a este Dios con

un fin trascendental: el de darle un ancla a su propia

mentalidad para actuar de manera favorable según

sus propios intereses y mantener un fuerte marco

moral de comportamiento. En otras palabras, en

cierto punto de su existencia, el ser humano

entendió que es un animal más, y que esto lo llevaría

a experimentar una crisis existencial en caso de

entenderlo a profundidad. Por ello, crear un ancla

mental que guíe su propia mente y el colectivo es

vital para el desarrollo de las sociedades. No es

coincidencia tampoco que el Dios más comúnmente

aceptado sea monoteísta y patriarcal. La idea de

que el hombre es el líder de la familia y de la

sociedad, y que es ese orden el que nos ha

permitido llegar desde la Edad de Piedra hasta viajar

a la Luna, es lo que nos da la pauta para entender

la creencia tan incrustada de que si existe un orden

universal, debe ser un hombre el que está detrás de

todo esto.

Rechazar la idea del Dios monoteísta es

rechazar la idea del hombre como líder de la

humanidad y el universo. El ideal de un Dios nos da

la pauta para buscar el bien, la moral, la perfección,

e incluso fortalece la idea de la familia. Los europeos

positivistas, al rechazar la idea de Dios, han

rechazado la idea de la familia y con ello han sellado

su propia extinción. Si no hay Dios, no hay líder ni

mandato ni tiene sentido tener más hijos, y por ello

los musulmanes, que se siguen reproduciendo

como Dios manda, siguen teniendo familias con una

fuerte figura masculina al frente. Siguen procreando

y están, mediante la migración, por un lado, y con el

desarrollo, por otro,—Dubái nos viene a la mente—

reemplazando a las sociedades ateístas

occidentales, si no en influencia al menos sí en

población. Algo debe estar mal en el pensamiento

ateo para que en todas estas sociedades estén

llegando al extremo de tener que aumentar la edad

de jubilación ya que no hay juventud que mantenga

a la población anciana y que haya una pirámide

invertida donde nadie nace y nadie muere, lo que

produce un acumulamiento de los ancianos

mientras que los infantes y los jóvenes escasean. La

crisis económica, la acaparación de recursos, la

manipulación de los mercados financieros, la crisis

de vivienda, la inflación desmesurada, la dificultad

para tener y criar hijos, las leyes misándricas de

matrimonio, paternidad y divorcio, todo ello

constituye un fuerte factor en contra de la

reproducción, y esto es resuelto por el islamismo. En

Occidente, si no queremos llegar a la extinción, creo

que nos conviene no eliminar a Dios de nuestras

vidas. He observado que todas las familias buenas

se parecen, mientras que todas las familias malas lo

son a su propia medida. Una de las características

que he visto en todas las buenas familias es una

fuerte relación con Dios. Así que si tu propósito es

tener una familia o simplemente luchar contra el

feminismo, creo firmemente que Dios, exista o no,

debe ser tu aliado.

Este fue un fragmento de mi LIBRO: SIGMA, MENTALIDAD PARA UN MUNDO CAÓTICO

Un abrazo

Att. Tu Hermano Mayor

Iván Barca