Carnadas Beta

Te ha pasado más de una vez.

Estás hablando con ella,
Todo parece ir bien,
Y de repente lanza la bomba:

“¿Estás saliendo con otras chicas?”

Tu corazón acelera.
Tu mente se llena de preguntas.
¿Qué digo? ¿La calmo? ¿Le explico?

Y haces lo que todos hacen.

“No, claro que no. Solo tú me interesas.”

La ves sonreír.

Pero algo cambia.

Esa chispa en sus ojos se apaga.

Porque en el momento en que te justificaste,
Dejaste de ser el hombre que ella quería.

Te convertiste en un tipo más.

Un tipo predecible.

Un tipo que no entiende cómo funciona el deseo.

Aquí está la verdad brutal:

Ella no está buscando tu sinceridad.

No quiere garantías.

Quiere ver si eres el hombre que dice ser.

Ese comentario no es una pregunta.

Es una carnada beta.

Está diseñada para que te traiciones.

Para ver si buscas aprobación.

Si tienes miedo de perderla.

Si estás dispuesto a renunciar a tu poder
Por un momento de validación.

Cada vez que muerdes esa carnada,
Pierdes algo más que su atracción.

Pierdes su respeto.

El respeto que solo siente por el hombre
Que no se justifica.

El hombre que no se disculpa por ser deseable.

Entonces, ¿qué haces cuando te lanza esa pregunta?

No caigas.

No expliques.

Sonríe.

Y responde con algo que desarme su juego:

“¿Por qué? ¿Te molesta compartir?”

O tal vez:

“Naturalmente.”

Breve.
Seguro.
Impredecible.

Eso la engancha.

Eso la intriga.

Porque el deseo no vive en lo lógico.

Vive en el misterio.

En la tensión.

En el hombre que no se quiebra.

Si estás cansado de perder con las mujeres,
No es porque no seas suficiente.

Es porque nunca aprendiste las reglas.

Las mujeres prueban a los hombres que les interesan.

Pero solo respetan a los que superan sus pruebas.

Deja de morder la carnada.

Deja de ser otro más.

Empieza a ser el hombre que ellas recuerdan.

El hombre que ellas desean.

El hombre que jamás se justifica.

un abrazo

atte. Tu Hermano Mayor,
Iván Barca.